lunes, 13 de septiembre de 2010

Insomnio

Es esa sensación de que la vida corre y no me alcanzan las letras para ponerla en palabras ni las palabras para entenderla ni yo misma para saber qué está pasando. Yo, que me escondo en la cotidianidad de mis días y el tiempo, que se oculta bajo los relojes que nunca paran. Solo vivir. Ir con el ritmo del día a día, seguir un camino trazado por quién sabe quién. Y es así. Y uno no quiere que sea así. Entonces, quizá sea momento de detenerse y preguntarse hacia dónde va uno. Pero la vida corre y corre y el sentimiento es cada vez más difícil de alcanzar, de entender, de formular. Solo se va. Los pensamientos van a mil y yo sigo aquí.. preguntándome cuándo me voy a detener a pensar qué diablos pasa. Yo no quiero que mi mente corra de esta manera, le dije, y luego me fui. Esa noche grité mi nombre bajo un cielo estrellado y nadie respondió.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Clarice Lispector

Por no estar distraídos

Era la levísima embriaguez de andar juntos, la alegría de como cuando se tiene la garganta un poco seca y se ve que por admiración se tenía la boca entreabierta: ellos respiraban de antemano el aire que estaba por delante, y tener esa sed era el agua misma para ellos. Andaban por calles y calles hablando y riendo, hablaban y reían para dar materia y peso a la levísima embriaguez que era la alegría de su sed. A causa de los coches y personas, a veces se tocaban, y con ese toque -la sed es la gracia, pero, las aguas son una belleza oscura-,con el toque brillaba el brillo de su agua, y la boca quedaba un poco más seca de admiración. ¡Cuánto admiraban ellos estar juntos!

Hasta que todo se convirtió en no. Todo se convirtió en no cuando quisieron esa misma alegría. Entonces la gran danza de los errores. La ceremonia de las palabras desacertadas. Él buscaba y no veía, ella no veía lo que él no había visto, ella que estaba allí, sin embargo. Y él que estaba allí. Todo salía mal, y estaba la gran polvareda de las calles, y cuanto más se equivocaban, con más aspereza querían, sin una sonrisa. Todo porque habían prestado atención, sólo porque no estaban ya distraídos. Sólo porque, súbitamente exigentes y duros, querían tener lo que ya tenían. Todo porque quisieron dar un nombre; porque quisieron ser, ellos que ya eran. Y entonces aprendieron que, al no estar distraídos, el teléfono no suena, y es necesario salir de casa para que la carta llegue, y cuando el teléfono finalmente suena, el desierto de la espera ya cortó los hilos. Todo, todo por no estar ya distraídos.

De "Para no olvidar".

domingo, 5 de septiembre de 2010

Pensar-te

Quiero abrazarte y sentir que los días no pasan a tu lado.
Quiero.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Hahn

En una estación del metro

Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre

jueves, 2 de septiembre de 2010

explosión

no puedo escribir no puedo pensar no puedo querer no puedo vivir

solo tengo ganas de gritar que no puedo más

que quiero escaparme

que estoy al borde de la locura

y sí, punto final.
 

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