sebusca:unamáquinadeltiempo.

Después de una semana, recién puedo volver aquí, al lugar que tanto me reconforta, pero que a la vez me angustia muchísimo. Será que ultimamente no ando más que angustiada y ahora le estoy echando la culpa al blog...

La verdad es que hace unos días, cuando sentía que la vida se me escapaba de las manos, me di cuenta que era yo la que la dejaba irse, la que la impulsaba a que corra y la que no hacía nada al respecto. Hoy todavía se me sigue escapando, pero al menos ya estoy consciente de que es por mi culpa, de que si cae es por mi propio peso.
Al menos ya estoy ideando un plan para ir en busca de ella. Y por cierto, he vuelto a tejer para relajarme un poco :).

Dejando un poco de lado las metáforas.... la verdad es que se acaba el año... se viene la navidad, para la cual por alguna razón no tengo ni el más mínimo espíritu navideño. Cómo añoro épocas en las que me levantaba tempranito a revisar si Papa Noel había dejado los regalos, cuando le dejaba un vaso de leche con galletas y mi hermana y yo podíamos arriesgar nuestra vida a que habíamos visto el trineo mágico en nuestra ventana! Claro que todo eso terminó cuando un día mi linda hermanita me confesó que nada existía y que mis papás eran los que ponían los regalos, se tomaban la leche y probablemente se burlaban dulcemente de nuestra tierna inocencia. (Espero no haberle matado la ilusión a nadie con esto). Por lo menos con Papa Noel, el ratón de los dientes y los duendes del jardín logré tener varios años repletos de ilusión y magia. Inolvidables.