martes, 30 de marzo de 2010

viajar en tren

Levantó la cabeza y se dio cuenta que ya todos se habían ido. Disfrutaba comenzar un libro la última hora de un viaje en tren que usualmente duraba cinco. Era extraño, si lo comenzaba antes, jamás se podía concentrar. En cambio, cuando ya estaban por llegar al destino final, el libro se volvía como el tren propio. Los personajes comenzaban a tomar forma, los pasajeros se convertían en aventureros de la edad media, en adolescentes entre dos mundos o en ancianos solitarios que añoraban su pasado glorioso. Se puso cómodo y esperó que el tren se llenara de viajantes otra vez. Le esperaban otras cuatro horas antes de partir hacia aquel destino que tanto le gustaba. Esta vez sería la luna.

2 comentarios:

  1. .
    leerte, con la música de fondo adecuada, a veces es muy rico para la imaginación

    te ganaste mi constante asistencia .

    (una carita feliz para tu blog)

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