Cuando te conocí siempre supe que tendríamos una gran historia. Me gustaste: con esa sonrisa tímida que no me dejaba de sorprender, con esas conversaciones fuera de lo común que me hacían sentir que no sabía nada del mundo. A veces hoy te miro y todavía me acuerdo de la primera vez que te hablé, de la primera vez que estuvimos conscientes que eramos parte del mismo mundo. Entonces supe que eras tú y nadie más que tú, la persona que siempre me haría sentir maripositas.
sábado, 28 de agosto de 2010
siempre
yo pienso en ti cuando leo
yo pienso en ti cuando escribo
yo pienso en ti cuando me despierto y también cuando me voy a dormir
yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti
mucho
a veces me pregunto cuánto piensas tú en mí.
yo pienso en ti cuando escribo
yo pienso en ti cuando me despierto y también cuando me voy a dormir
yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti yo pienso en ti
mucho
a veces me pregunto cuánto piensas tú en mí.
jueves, 26 de agosto de 2010
If you want me, let me know
Where do you wanna go?
No need for talking, I already know
If you want me, why go?
Estoy obsesionada con esta canción.
No need for talking, I already know
If you want me, why go?
Estoy obsesionada con esta canción.
Reflexiones Metaliterarias
Escribí una escena para mi taller de creación de teatro y fue toda una experiencia. El proceso fue divertido y obsesivo, me pasé como tres días con los personajes en la cabeza y hasta casi me pongo a llorar por proyectarme demasiado en la soledad de uno de ellos. Fue conmovedor. La verdad es que no suelo escribir muy a menudo y ¿teatro?, jamás se me había ocurrido. Pero, me gustó, me gustó muchísimo :)
jueves, 19 de agosto de 2010
Crónicas de un amor perdido
Hacía tanto tiempo que soñaba con él. Ella se levantó bruscamente con el sonido del despertador y los gritos de su mamá anunciando el desayuno. Estaba tarde otra vez. Se incorporó con una rapidez que nunca antes se había visto emerger de un cuerpo tan pequeño como el de nuestra protagonista. Encendió la ducha fría mientras recogía del suelo la ropa que había usado la noche anterior. La revisó un poco, hizo un gesto de indiferencia y se metió a la ducha. No pasaron ni dos minutos y ya estaba corriendo con el mismo pantalón y el mismo polo de siempre hacia el paradero, rogando que el de las 11 y 30 aún no haya partido. Demasiado tarde. Hoy se cumplía un mes desde la última vez que iban en el mismo bus.
sábado, 14 de agosto de 2010
(Me fui para volver)
Nunca me fui de verdad. Sigo pensando demasiado y todavía me quiero teñir el pelo de rojo. Ya perdí mi afición por la chirimoya y me enamoré de un valle en Huaraz. Quiero bailar toda la noche, pero no sé bailar. Y leí a un genio por ahí que me dijo que cómo podía haber aprendido tantas cosas complicadas y haber dejado las simples de lado, como bailar bailar bailar. Ahora tengo que escribir una obra de teatro y dejar de esconderme entre libros que no leo. Quiero salir a la calle y gritar mi nombre fuerte, llamar a mi sombra que está perdida y conseguir una Wendy que me la cosa al cuerpo. Escuchar la música que suena en mi interior. Prestarle atención al silencio. Sonreírle al primer extraño que se me cruce en la calle. Abrazarte fuerte y no dejarte ir.
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