De pronto me entran unas ganas infinitas de verte, de besarte, de abrazarte. Trato de evadirlas sin éxito alguno, pues cada rincón en Lima tiene escrito tu nombre en mayúsculas y subrayado. La banca en la que me dijiste que me querías y que volviésemos a ser novios, el mismo malecón por el que paseábamos todas las tardes, hasta la misma canción que por alguna extraña (o quizás no tan extraña) razón pongo en todas mis playlists. Incluso el fondo de pantalla de mi computadora me hace pensar en lo felices que éramos. La verdad es que me rehúso a cambiar las cosas. No quiero tomar otro camino cuando regreso a casa para dejar de pasar por ese malecón, no quiero dejar de escuchar esa canción y llorar repetidas veces en la misma estrofa, no quiero intentar olvidarte porque dejarías un hueco inmenso en mi vida. Me pregunto si tu también piensas a diario en mí..en las sonrisas que nos sacábamos el uno al otro constantemente. Quisiera saber qué pasa ahora por tu mente cuando me ves, cuando estoy a tu lado y te abrazo, si acaso quieres que esté ahí o si en realidad lo sientes cuando me dices que prefieres que me vaya y que quieres estar solo. No sé. Sácame de la duda. ¿Todavía me quieres?
domingo, 30 de enero de 2011
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Me he topado con tu Blog y me da mucha tristeza que hayas dejado de escribir :( Me encantaba leerte.
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