También se llevó mi título

Hay días en los que Soledad te invade. Con frecuencia suelen ser los domingos, aunque es curioso que se desdoble de tal forma que llegue a tantos lugares a la vez.

A veces llama a tu puerta y entra sin ser invitada a pasar; otras llega de puntillas, escabulléndose para sorprenderte en el momento más inesperado. Te preguntas si estará de visita o habrá venido para quedarse. No estás segura. Lo único cierto es que no hay nada que puedas hacer al respecto.

Se apodera de ti. Cuando alguien más te habla, es como si hubieses presionado el botón de "mudo" y no pudieras escucharlo; sus palabras no te alcanzan, a pesar de que hagas todo el esfuerzo por atraparlas. Hay veces en que Soledad ha venido junto con Falta de Ganas y Mal Humor; en aquellas ocasiones, no haces ni el más mínimo esfuerzo en prestarle atención a la gente.

Caminas, pero en realidad no controlas tus movimientos. Solo vas hacia adelante, esperando que ese camino te lleve hacia algún lugar. Lo que no te has dado cuenta es que estas andando en círculos.

Parece que esta visita será larga.