Quizás, habiendo vivido siempre en una zona urbana, nunca le he prestado mucha atención al fácil acceso a la educación que aquí se tiene. Por el contrario, en las zonas rurales del país y en general en las ciudades rurales alrededor del mundo, el acceso a la educación suele ser muy limitado, ya que son en mayoría economías que subsisten gracias a la agricultura y la ganadería.
Etre et Avoir (Nicolas Philibert, 2002) es un documental que narra la historia de un colegio de una sola clase en la Francia rural (Auvergne), donde alrededor de doce niños entre 3 y 11 años van aprendiendo no solo matemáticas y francés junto al maestro Monsieur López, sino también lecciones de vida. Las técnicas de enseñanza empleadas por el profesor son realmente admirables, pues jamás grita a sus alumnos; por el contrario, la calma con la que les habla y les enseña las distintas materias, es similar a la tranquilidad que evoca el campo y la naturaleza.
Por otro lado, la inocencia de cada uno de los niños es simplemente una razón más para creer que el mundo no esta del todo perdido; cada risa, cada broma y cada mirada es capturada de una forma completamente natural por Nicolas Philibert. La técnica empleada para filmar este documental destaca sobretodo por la mínima interacción entre la cámara y los actores, lo cual logra que cada día en la clase de Monsieur Lopez fluya como uno normal. Definitivamente, es una película que recomiendo ver, pues esta llena de momentos que llegan al corazón, que son verdaderos y que nos muestran una cara de la humanidad que muchos no conocemos y muchos otros ignoramos.
Etre et Avoir (Nicolas Philibert, 2002) es un documental que narra la historia de un colegio de una sola clase en la Francia rural (Auvergne), donde alrededor de doce niños entre 3 y 11 años van aprendiendo no solo matemáticas y francés junto al maestro Monsieur López, sino también lecciones de vida. Las técnicas de enseñanza empleadas por el profesor son realmente admirables, pues jamás grita a sus alumnos; por el contrario, la calma con la que les habla y les enseña las distintas materias, es similar a la tranquilidad que evoca el campo y la naturaleza.
Por otro lado, la inocencia de cada uno de los niños es simplemente una razón más para creer que el mundo no esta del todo perdido; cada risa, cada broma y cada mirada es capturada de una forma completamente natural por Nicolas Philibert. La técnica empleada para filmar este documental destaca sobretodo por la mínima interacción entre la cámara y los actores, lo cual logra que cada día en la clase de Monsieur Lopez fluya como uno normal. Definitivamente, es una película que recomiendo ver, pues esta llena de momentos que llegan al corazón, que son verdaderos y que nos muestran una cara de la humanidad que muchos no conocemos y muchos otros ignoramos.
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